Por: P. Teódulo Morales Mezo
A pesar de lo que dijeron otros Medios de Comunicación Social, los hechos ocurrieron así. Esta es la versión oficial de este acontecimiento que, ciertamente, dejó desconcertado a la comunidad católica de san Andrés Tuxtla.
El día martes, 20 de mayo, se recibió una llamada anónima de una apersona masculina, identificado solamente como integrante de los Zetas, esta llamada fue atendida por el secretario de esta oficina. En esta llamada se amenazó al secretario, Manuel Gallardo, con la advertencia que de no dar cierta cantidad de dinero corría el riesgo de ser secuestrado tanto él como el señor obispo.
Cabe mencionar que tal sujeto tiene conocimiento de la vida personal del secretario de esta dependencia pública, y del señor obispo, pues le aseguró su domicilio, al igual que el del señor obispo. Al parecer es una persona cercana, si no a estas personas, por lo menos sí a los detalles de la vida eclesial.
A pesar de lo ocurrido, no se dio mayor importancia al hecho, sin embargo el miércoles 22 se volvió a recibir la llamada, pero ahora diciéndole al secretario que ya había dado orden al Obispo, así que tenía que hacer lo que él le dijera.
Efectivamente, cinco minutos después el obispo giro orden de dar una suma considerable de dinero (30 mil pesos). La preocupación fue mayor porque tampoco contestó su celular. De tal manera que se temía que estuviera secuestrado. Afortunadamente se dirigía a visitar una parroquia.
Seguramente no había señal, en fin. Ya en la tarde de ese mismo día miércoles, un servidor tuvo la oportunidad de platicar con él, y es así que cuento la versión que está usted leyendo. No dejo de ser un susto. Lo cierto es que la amenaza fue real.
¿Qué decir de todo esto? Pues la verdad de las cosas es que hoy en día ya no se puede confiar de nadie, la inseguridad va en aumento. Si eso hacen con personajes como el señor Obispo, ¿qué no harán con la ciudadanía? En todo esto, ¿quién pone orden?
Pues cabe mencionar que el pasado jueves 23 de mayo, alrededor de la 4 de la tarde, en compañía de la Lic. Marina Garay, se llevó a cabo un encuentro entre el Señor Obispo, Dn. José Trinidad Zapata Ortiz, y el señor procurador del estado de Veracruz, Lic. Emeterio López Márquez, en este encuentro, según palabras del mismo señor obispo, el señor procurador se puso a su entera disposición, lo mismo la señora Marina Garay, ofreciendo al mismo tiempo total apoyo por parte de las autoridades municipales y estatales.
Así las cosas, por cierto que hay que desmentir la noticia difundida por algunos medios de comunicación, que aseguraban con datos precisos que había sido secuestrado el señor obispo, dando incluso el lugar casi exacto donde había sido interceptado por los zetas. Ante una ola secuestros, en meses pasados, desde luego que una noticia así, es preocupante, para todos, no tan solo porque se trata de una figura pública, como es el caso, sino porque en riesgo está toda la población que incluso teme ser víctima del crimen organizado, pero también es cierto que se tiene que dar una información sin inventar nada, es un riesgo es una irresponsabilidad y un falta de ética que más que producir una buena impresión en la comunidad; lo único que produce es pánico.
Estaremos informando
El día martes, 20 de mayo, se recibió una llamada anónima de una apersona masculina, identificado solamente como integrante de los Zetas, esta llamada fue atendida por el secretario de esta oficina. En esta llamada se amenazó al secretario, Manuel Gallardo, con la advertencia que de no dar cierta cantidad de dinero corría el riesgo de ser secuestrado tanto él como el señor obispo.
Cabe mencionar que tal sujeto tiene conocimiento de la vida personal del secretario de esta dependencia pública, y del señor obispo, pues le aseguró su domicilio, al igual que el del señor obispo. Al parecer es una persona cercana, si no a estas personas, por lo menos sí a los detalles de la vida eclesial.
A pesar de lo ocurrido, no se dio mayor importancia al hecho, sin embargo el miércoles 22 se volvió a recibir la llamada, pero ahora diciéndole al secretario que ya había dado orden al Obispo, así que tenía que hacer lo que él le dijera.
Efectivamente, cinco minutos después el obispo giro orden de dar una suma considerable de dinero (30 mil pesos). La preocupación fue mayor porque tampoco contestó su celular. De tal manera que se temía que estuviera secuestrado. Afortunadamente se dirigía a visitar una parroquia.
Seguramente no había señal, en fin. Ya en la tarde de ese mismo día miércoles, un servidor tuvo la oportunidad de platicar con él, y es así que cuento la versión que está usted leyendo. No dejo de ser un susto. Lo cierto es que la amenaza fue real.
¿Qué decir de todo esto? Pues la verdad de las cosas es que hoy en día ya no se puede confiar de nadie, la inseguridad va en aumento. Si eso hacen con personajes como el señor Obispo, ¿qué no harán con la ciudadanía? En todo esto, ¿quién pone orden?
Pues cabe mencionar que el pasado jueves 23 de mayo, alrededor de la 4 de la tarde, en compañía de la Lic. Marina Garay, se llevó a cabo un encuentro entre el Señor Obispo, Dn. José Trinidad Zapata Ortiz, y el señor procurador del estado de Veracruz, Lic. Emeterio López Márquez, en este encuentro, según palabras del mismo señor obispo, el señor procurador se puso a su entera disposición, lo mismo la señora Marina Garay, ofreciendo al mismo tiempo total apoyo por parte de las autoridades municipales y estatales.
Así las cosas, por cierto que hay que desmentir la noticia difundida por algunos medios de comunicación, que aseguraban con datos precisos que había sido secuestrado el señor obispo, dando incluso el lugar casi exacto donde había sido interceptado por los zetas. Ante una ola secuestros, en meses pasados, desde luego que una noticia así, es preocupante, para todos, no tan solo porque se trata de una figura pública, como es el caso, sino porque en riesgo está toda la población que incluso teme ser víctima del crimen organizado, pero también es cierto que se tiene que dar una información sin inventar nada, es un riesgo es una irresponsabilidad y un falta de ética que más que producir una buena impresión en la comunidad; lo único que produce es pánico.
Estaremos informando