s que nacieron con la facultad de ejercer actividades mágicas, destacando su participación en estas fechas de ritos y ceremonias Tuxtlecas.Sabiduría, folklore y religión son los pilares que mantienen vigentes estas tradiciones que iniciaron los ancestros de la cultura olmeca.
A las cero horas del primer viernes de marzo, los chamanes olmecas solicitan el permiso a la madre tierra, sol y madre agua, para cargarse de energía y transmitirlo a todas las personas.
Así mismo, todos aquellos que deseen despojarse de los males o un hechizo satánico, lo pueden lograr con estas fuerzas de gran eficacia.
Dicho ritual está simbolizando por siete personas por el interior, que es el sacerdotismo olmeca, que tiene el objetivo de conocer los siete astros, los siete universos, como es el Lunes que simboliza al primer hermano que es Luna; Marte que es su hermano lo rige por el mismo; Miércoles mercurio; Jueves Júpiter; Viernes Venus; Sábado saturno; y domingo Apolo.
Sobre el enfrentamiento que de una u otra forma se desarrollará entre la magia blanca y la negra, Luís Tomás Martén Torres, uno de los magníficos olmecas, nos argumenta lo siguiente:
“Estas son naturalmente opuestas, la magia blanca es pureza, lo que representamos los olmecos; lo que representa lo negro es lo que persiste, como son los duendes y demonios.”
¿Qué opina sobre las fuerzas negras? “Donde se sacrifican animales, se invoca al demonio y espíritus de sombra (oscuridad), energías muy diferentes a la blanca. Deja comentarte algo, el diablo no es tan malo como se dice; él tiene poder porque Dios se lo dio en aquella época y quien lo busca para hacer daño es malísimo; y quien pide curar algo malo, habla y se sana al enfermo por muy mal que esté. Ya los tiempos cambiaron; ya somos mas abiertos; hay grandes médicos empíricos que no saben leer ni escribir; de la medicina tradicional es a donde pertenecemos y la llevamos a cabo; la amamos, la queremos y por eso somos 7.”
