Por Marco Aurelio Azamar
Ángel R. Cabada, Ver.- Saldo blanco informó la Sindico Municipal Diana Murillo Mateos al celebrarse este 1 y 2 de Noviembre los tradicionales días de muertos en panteones de esta cabecera municipal, Policía municipal y Protección civil no reporta incidente alguno en estas fechas.
Con la visita de cientos de ciudadanos a los dos panteones ubicados en esta cabecera municipal y a varios más de las comunidades, se lleva acabo la tradicional veneración a los fieles difuntos, días en que les limpian el sepulcro, dejan flores coloridas y de cempasúchil, se les vela en alegórica compañía para marcarles el camino de regreso al camposanto en un ritual que adquiere cada año en este municipio, mayor importancia.
Con la visita de cientos de ciudadanos a los dos panteones ubicados en esta cabecera municipal y a varios más de las comunidades, se lleva acabo la tradicional veneración a los fieles difuntos, días en que les limpian el sepulcro, dejan flores coloridas y de cempasúchil, se les vela en alegórica compañía para marcarles el camino de regreso al camposanto en un ritual que adquiere cada año en este municipio, mayor importancia.
La vendimia de los floristas perfuma las calles del centro de esta ciudad, la gente camina con cubeta, pala y machete para llegar hasta donde yacen los restos mortales de los queridos parientes y familiares, se pudo observar al hombre maduro que sentado sobre la cripta de brillantes mosaicos recuerda lo ido.
También los nietos jugaron sobre la tumba del abuelo fallecido hace algunos años, otros ayudaban a llevar agua para lavar la plancha de cemento que humilde se pierde entre las cruces.
Algunas familias comieron ahí, departieron junto a la sepultura de su ser querido, confirman en lo personal en lo espiritual, la presencia indeleble a través de los años de los que no se encuentran entre los vivos pero que en los primeros dos días de este mes, es oportuno en exaltado ritual, citarlos, evocarlos, saludar respetuosamente.
Ahí quedaron las veladoras, el pan, los floreros llenos, los nancees encurtidos, la caricia espiritual, la tumba pobre o la rica igual guardan los recuerdos de momentos felices y de luchas fraternas.
También los nietos jugaron sobre la tumba del abuelo fallecido hace algunos años, otros ayudaban a llevar agua para lavar la plancha de cemento que humilde se pierde entre las cruces.
Algunas familias comieron ahí, departieron junto a la sepultura de su ser querido, confirman en lo personal en lo espiritual, la presencia indeleble a través de los años de los que no se encuentran entre los vivos pero que en los primeros dos días de este mes, es oportuno en exaltado ritual, citarlos, evocarlos, saludar respetuosamente.
Ahí quedaron las veladoras, el pan, los floreros llenos, los nancees encurtidos, la caricia espiritual, la tumba pobre o la rica igual guardan los recuerdos de momentos felices y de luchas fraternas.
