
¡Mucho mello…ñaca, ñaca, ñaca!
Por: Alejandro VALLE MÉNDEZ
Los altares de muertos son una tradición mexicana que ha sobrevivido a través del tiempo, los cuales están presentes en diferentes partes de los hogares Tuxtlecos (la entrada de la casa, la sala, la recamara, etc.).
La fotografía de nuestro ser querido ocupa el lugar principal del altar, alrededor se colocan objetos que la persona disfrutaba en vida como: los platillos o alimentos que más le gustaban, sus cosas predilectas como un libro, cigarros, hasta la botella del licor que prefería. "...pues el difunto podría volver ese día a la casa y hay que atenderlo bien". También se colocan algunas imágenes religiosas, como una virgen, un cristo y algunos santos.
Algunos objetos decorativos como: las flores de "Tzempaxuchitl", calaveritas de azúcar y el Pan de Muerto; son parte de la tradición antigua.
De igual forma el copal y el incienso de olor penetrante que invaden el aire le dan un tono más místico, más pagano o misterioso, haciéndonos creer que realmente los muertos pueden venir. Ya en la noche, las velas, los cirios o las veladoras son encendidas en espera d
En las diferentes escuelas de distinto nivel académico de los Tuxtlas, se colocó una gran variedad de altares de muertos, en donde la creatividad y el rescate de nuestras tradiciones se mantienen vigentes para las nuevas generaciones.
Andrés Bernardo Moreno Nájera, catedrático de la ESBIO, nos habla sobre la importancia de estas acciones:
“el altar de muertos es una forma de conservar nuestras costumbres, destacando que no se pierda ese entusiasmo en los jóvenes para preservar las costumbres ancestrales.
Así mismo, contrarrestar un poquito ese gran empuje de las costumbres norteamericanas, si lo impulsamos más, alejaremos esas ideas anglosajonas, además de que los jóvenes valoren las expresiones culturales propias de lo que es México.
¿Cómo está conformado un altar? “Las ofrendas de muertos varían en cuanto a las regiones, microrregiones, las culturas; sabemos que todos los pueblos de mesoamerica hacían ofrendas que tiene que ver con el viaje de Quetzalcóatl al inframundo que es una alegoría.
Pero, principalmente, éste está integrado por nanches, totopostes, mole, chocolate, cacahuates, sal y, lo más importante, el agua, las velas para que el difunto no se pierda en el camino; además del tradicional pan de muerto y otras cuestiones particulares con las que se identifica el difunto”.
De igual manera, el profesor de la ESBIO, Mario Tepach Ponce, hizo un apartado en contra de las celebraciones de Halloween, que de una u otra forma afectan las tradiciones del día de muertos:
“En estas fechas, en los EUA, celebran el famoso Halloween o día de brujas, en
¿Algo más que desee decir? “Seguir exhortando a la población estudiantil de las escuelas de la región, y sobre todo a los padres de familia, a seguir motivando a los jóvenes, pero sobre todo transmitir esa muestra de respeto hacia los difuntos y seguir realizando ofrendas que hacían nuestros ancestros para que sus almas lleguen bien y no se pierdan en el camino, y por último, decirle a los jóvenes que el día de los muertos es un día que ha partido hacia un mundo desconocido.”