Un rancho pequeño en un cuchitril del averno
* La delincuencia, la circulación de drogas, el libertinaje y las persecuciones del viejo oeste en la hora feliz.
Por: Alejandro Valle Méndez
¿Qué fue lo que pasó?
La región de los Tuxtlas está creciendo a pasos agigantados. Principalmente, San Andrés Tuxtla se encuentra en pleno desarrollo. Sin embargo, este tipo de avances cuenta con su parte terrorífica; la delincuencia, la circulación de drogas, el libertinaje y las persecuciones están volviendo a este sitio, un tugurio más, como en las grandes ciudades.
La autoridad que llegue a lo último ríe mejor
Lo peor de todo es ver que, en ocasiones, las supuestas autoridades que velan por nuestros intereses, no están presentes cuando realmente se les requiere; y cuando no son tan indispensables, hasta hacen bulla, circo y promociones al 2 x 1 (dirían por ahí: “mucho ruido y pocas nueces”). Pero en fin, no dudamos en la capacidad que tiene este personal. Lo que si hay que reconocer es que la ciudad está creciendo como la espuma en todos los aspectos, por lo cual es lógico que a veces dichos elementos de seguridad no se den abasto.
El repelente para mosquitos, ya no es suficiente
Aunque muchos no lo quieran reconocer, griten o pataleen, ahora para caminar por las calles Sanandrescanas es recomendable traer una armadura de hierro (antioxidante) y por lo menos, un bate de béisbol o un martillo (este lo encuentras a un precio baratísimo en tu ferretería favorita); ya que si eres víctima de un asalto, mínimo intentes defenderte y consigas darles sus buenos cocolazos a los amantes de lo ajeno.
Los locales comerciales al borde del pánico
Por otra parte, es necesario mencionar que los locales comerciales también están sudando la gota gorda, ya que los asaltos a estos establecimientos son tan comunes como el cereal bajo en calorías (y que te promete quedar como un palillo chino, sin tantos sacrificios).
Pero retomando esta situación, ya ni las personas que están haciendo su lucha, tratando por todos los medios de sacar adelante su changarro, pueden hacerlo de forma tranquila, ya que tienen que estar con el Jesús en la boca o invocando a todos los santos que conforman la religión católica, con la esperanza de no ser los siguientes a quienes amenacen con una bonita pistolita o una navaja suiza, mexicana, japonesa u originaria de Buenos Aires Techalpan.
Los locales Sanandrescanos del comercio, son los sitios predilectos de los rateros y otras bazofias humanas.
¡Tenemos la mejor marihuana y otros vicios!
Es realmente asombroso que, en estos tiempos, el conseguir marihuana o algún otro tipo de droga, sea facilísimo; pero lo inquietante es ver que los jóvenes la consumen con toda “normalidad” como si se estuvieran metiendo un postre o la aspirina para el dolor de cabeza.
Por eso no es nada raro ver, constantemente en los separos de la policial local, a los detenidos con hierba seca entre sus bolsillos.
Será que me he vuelto un espantado, mocho, moralista, o la vejez prematura ya tocó a mi puerta, pero veo los ranchos de mi región Tuxtleca muy, pero muy cambiados, tanto así, que he pensado que al final despertaré de una dura y cruel pesadilla y de la cual quiero ya despertar y no volverla a tener jamás, lo malo es que este escenario, no proviene de mi perturbada imaginación. ¡Ayyy mamacita!!! Ahora si nos amolamos.
Percusión al estilo del viejo oeste ¡ajúa! (ya encaminados hablemos del último acontecimiento, digno de nominarse a los escándalos sin ton, ni son).
Hace unos días, un vehículo que provenía de la comunidad de Tilapan, de la marca VW, tipo Bora, modelo reciente, color vino, sin placas, con cristales polarizados, hizo un disparate por casi toda la ciudad, inquietando a la ciudadanía en general, la cual se encontraban consternada por esta persecución, que fue un capítulo más del viejo Llanero Solitario en tiempos contemporáneos, que lo que realmente se obtuvo con ese espectáculo de sirenas, elementos de la Policía Federal, Policía Municipal Preventiva y hasta el Ejército Mexicano (válgame el Señor, tantos padres para una misa).
Este novelón concluyó a la altura de la calle Pino Suárez, entre 20 de Noviembre y Belisario Domínguez, en donde los soldaditos, se hicieron cargo del desquiciado conductor del carro Bora, así como de dicha unidad.
Hasta el momento se desconoce concretamente el nombre de esta estrellita marinera revoltosa, puesto que existe gran hermetismo por parte de las autoridades inmiscuidas, sin embargo, varios medios de comunicación local especulan con las características físicas, nombres y hasta equipo favorito de fútbol del llanero solitario.
¡Al toro por los cuernos, orejas o por donde se deje!
Es necesario que se proporcione una vigilancia más intensa en los diferentes lugares de culto al vicio (bares, cantinas, la casita de doña Meche, entre otros). Tampoco basta con que un policía esté parado por horas en un mismo lugar, este debe de hacer recorridos por el área hasta cansarse (si no pesca ni un resfriado, mínimo tendrá muy buenas piernas para presumir en un fin de semana en las playas). Así todos los ciudadanos podrán realizar sus actividades sin llevar el rosario en una mano por el temor a un asalto o hasta un secuestro (y aunque suene exagerado, pero actualmente ya no nos salvamos ni con los ojitos cerrados).
Finalmente, el patrulleo diario realizado por los cuerpos policíacos debe ser más efectivo, principalmente en horas de la madruga, cuando la delincuencia hace acto de presencia y está como Thalía “arrasando” con todo a su paso.