LOS ERRORES COBRAN FACTURA…
¡PERO COMO SE APRENDE!
Por: Inés Morales Mezo
¡Por Dios! Aquel día me sentí fatal… Era demasiado tarde cuando me percaté de un gran error en mi trabajo; aún no me explico que pasó. Soy tan perfeccionista con las cosas y no pude darme cuenta que algo no hice bien…
La peor parte vino después, cuando recibí el castigo y el regaño; (ja ja ja), hoy me río, pero aquel día quería desaparecer; me sentí fatal, no, no, no, ¡insignificante! esa es la palabra, pero bueno, a veces el orgullo puede rescatarte de esos malos momentos, así que pensé: dignidad ante todo, y sí, eso ayudó.
La vida es para tomársela con filosofía, no para derrumbarse, y mucho menos no levantarse. Es verdad, hay momentos en que te sientes tan avergonzado, dolido, decepcionado; pero creo que tenemos derecho, es normal; lo que no se vale es estancarte; puedes deprimirte por un mal momento, ¡pero no toda la vida! El pasado es solo eso, y jamás lo cambiarás. Entonces, cuando se te acabe la “pila”, búscala en el orgullo; conviértela en dignidad, ya lo decía mi madre con su dicho tan popular: “el hambre nos tira y el orgullo nos levanta”. Particularmente sé que no es bueno el orgullo, sin embargo, cuando no tienes de donde tomar fuerzas, tómalas de allí, que sirva para algo bueno.
¡Por Dios! Aquel día me sentí fatal… Era demasiado tarde cuando me percaté de un gran error en mi trabajo; aún no me explico que pasó. Soy tan perfeccionista con las cosas y no pude darme cuenta que algo no hice bien…
La peor parte vino después, cuando recibí el castigo y el regaño; (ja ja ja), hoy me río, pero aquel día quería desaparecer; me sentí fatal, no, no, no, ¡insignificante! esa es la palabra, pero bueno, a veces el orgullo puede rescatarte de esos malos momentos, así que pensé: dignidad ante todo, y sí, eso ayudó.
La vida es para tomársela con filosofía, no para derrumbarse, y mucho menos no levantarse. Es verdad, hay momentos en que te sientes tan avergonzado, dolido, decepcionado; pero creo que tenemos derecho, es normal; lo que no se vale es estancarte; puedes deprimirte por un mal momento, ¡pero no toda la vida! El pasado es solo eso, y jamás lo cambiarás. Entonces, cuando se te acabe la “pila”, búscala en el orgullo; conviértela en dignidad, ya lo decía mi madre con su dicho tan popular: “el hambre nos tira y el orgullo nos levanta”. Particularmente sé que no es bueno el orgullo, sin embargo, cuando no tienes de donde tomar fuerzas, tómalas de allí, que sirva para algo bueno.

Este error en mi trabajo me enseñó tres cosas muy importantes, sobre todo por que fuimos dos personas las implicadas, y totalmente responsables.
1- Los problemas personales deben quedarse en casa, nunca llevarlos al trabajo.
2- Debemos consolar a nuestros amigos, aún cuando estemos desconsolados; y
3- Hay que sacar la garra y ver la vida con filosofía, cuando el ánimo está por los suelos.
Que Dios les bendiga siempre y mantenga a sus amigos cerca, cuando más los necesiten. Hasta la próxima.
Agradezco sus comentarios y sugerencias al correo electrónico: inesmormez@hotmail.com