Vivir con Estilo




Muérete de la envidia

Por: Alejandro VALLE MÉNDEZ

¡Hola amigos! El calorcito cada vez se pone más intenso, lo que provoca mucha deshidratación al cuerpo, así que no olviden traer siempre una botella de agua, la que tendrán que ingerir constantemente, con esto se mantendrán en buen estado y con una figura es-tu-pen-da.

Dejando a un lado los consejos para vivir en equilibrio armonioso, iniciaremos nuestra extraordinaria sección.

En esta ocasión, tuvimos la dicha de conversar con una mujer de sociedad que es un icono del altruismo en nuestra majestuosa región de los Tuxtlas, nos referimos a la señora María Edith Licona Vela de Uribe, quien se compartió con nosotros.

¿Cuáles fueron los momentos más sobresalientes de su vida?

Esto fue lo que nos comentó:
Primeramente, haber nacido en una buena familia, con mucha solidez cultural, en la cual pude desarrollarme como ser humano. Tuve una juventud preciosa a lado de mis padres. Tuve la oportunidad de estudiar en la ciudad de Xalapa, en la Escuela Normal Veracruzana, y lograr titularme como Profesora de Educación Primaria. Posteriormente, regreso a los Tuxtlas y empiezo a trabajar en la Escuela Landero y Coss. En el camino conozco al Doctor Miguel Uribe, quien es mi esposo. Tenemos 4 hijos, los cuales me dan muchas satisfacciones en vista de que todos tienen una profesión: Edith, es profesora de inglés; Miguel, Ingeniero en Electrónica y Comunicaciones; Fabiola, Licencia en Educación Preescolar; y Alejandra es Contadora con Maestría en el extranjero, y reside en los Estados Unidos. Al ver a mis hijos caminando por la vida, eso me da mucha satisfacción.

Y por otro lado, siempre he tenido la inquietud de la labor social, en la que me he desenvuelto con mucha felicidad, acompañada de muy buenas amigas que siempre he tenido.





La señora María Edith Licona Vela de Uribe, tiene mucho en la vida: clase, una familia preciosa, amistades incondicionales y su afán por el amor al prójimo, y sin embargo, sigue insistiendo en su labor altruista, para sentirse plena.

Mi labor social inicia en el Colegio Miguel de Cervantes, junto a un grupo de madres de familia, edificamos un jardín de niños. Posteriormente, tuve la satisfacción de haber sido la primera presidenta de la UFIA, un grupo de servicio social a la comunidad, en la cual han estado muchas señoras de San Andrés y Catemaco. Dentro de las obras grandiosas tenemos: la rehabilitación del Hospital Civil Bernardo Peña; luego, cuando el gobierno se dio cuenta de que éramos un grupo de nombre y prestigio, y muy trabajador, nos nombra el Patronato Reclusorio Zamora; logramos también la rehabilitación del mismo, dándoles un lugar más tibio y humano a esas personas en cautiverio.

UFIA sigue trabajando. Hacemos labores en las comunidades donde siempre hay necesidad, pobreza, por que vivimos en una zona pobre a pesar de la riqueza natural que poseemos. Llevamos alegría a todos los niños en su día; a las madres. Aquí en la localidad, visitamos escuelas de bajos recursos para apoyarlos con los útiles escolares. Cuando surge el Conalep, decidimos dedicarnos a buscar jóvenes con excelencia académica para becarlos; apoyamos a los muchachos de bajos recursos, pero con un gran deseo de superación. Actualmente, este 18 de junio, celebramos 25 años de la fundación de la UFIA. Hace 25 años fui la primera Presidenta y ahora, por segunda ocasión, estoy de nuevo en ese cargo; me han permitido seguir en este servicio a la ciudadanía. Agradezco a mis compañeras su amor, dedicación, entrega desinteresada. Solo nos queda la satisfacción de haber servido.

¿Cuáles han sido sus estrategias para tener hijos profesionistas que se desenvuelven con mucho éxito en la vida?

Gracias a la educación que tiene uno en casa, se te forma el carácter, día con día. Mi Padre siempre nos enseñó a ser responsables, honrados y trabajadores. En mis hijos ocupé lo mismo, traté que su ego estuviera en alto, que no se sintieran acomplejados, despreciados ni humillados por nadie; y la única forma de que el ser humano salga adelante es a través de la educación. Entonces, pensé que cada vez que uno de mis hijos tuviera un logro en la escuela, por muy mínimo que fuera, tanto mi esposo como yo, los festejábamos como si fuera la graduación máxima, eso les va dando una seguridad, ánimos de seguir adelante; y canalizar su inquietud juvenil a través del deporte. Estuvieron en el equipo de natación, los muchachos en el fútbol; y los fue forjando, su responsabilidad de grupo, a una vida sana; y el resultado fue un adulto sano, buenos padres, buenos profesionistas, al igual que mis hijas; también son buenas madres y muy buenos hijos.

¿Cómo mantienes la frescura y solidez en tu matrimonio, en todos estos años?

Presumo que tengo 44 años de casada. Tuvimos un noviazgo de año y medio, y entre nosotros siempre prevaleció, aparte del amor, el decir la verdad. Cuando algo no me gustaba de él, se lo hacía saber, y lo entendía. Entonces el amor ha sobrepasado todos los problemas que en las familias existen, carencias, enfermedades, sueños, preocupaciones, viajes, diversión. Él me ha permitido realizarme como mujer, porque soy una mujer inquieta, la cual siempre ha estado llena de otras actividades, fuera de mi hogar. Tengo la capacidad de ser: esposa, madre y como estudiante, actualmente curso la licenciatura en Gestión de Administración Municipal, y si Dios me lo permite, en un año concluyo la carrera.
¿Qué te motivó para este nuevo reto académico?

Estuve trabajando con varios presidentes municipales, aquí en San Andrés Tuxtla, por 10 años. A través de eso, adquirí la experiencia de que uno tiene que estar preparado para poder servir a la gente. Tomé varios cursos en los que me daban capacitación para saber y entender lo que es el catastro municipal; es un mundo de papeles; de trámites; aplicación de leyes; reglamentos; se aprenden en teoría, y llevarlos a la práctica es muy distinto. Por la falta de cultura, no toda la gente entiendo términos municipales. Eso me dio la sensibilidad de estudiar. Aparece esta carrera hace 2 años por medio de la COEPA, que manda el Gobierno del Estado. Como me siento muy identificada con la gente de mi pueblo, me avoco a esta carrera; nos enseña como funciona un municipio, y que una labor es muy difícil.

¿Aspiras nuevamente a estar en un puesto político en el futuro?

Tuve la oportunidad de participar, con el ex–presidente, Rafael Carrión, como suplente en la administración municipal; me llevó dentro de su equipo porque yo tenía la inquietud de conservar el medio ambiente; te comento que pertenezco a un grupo llamado Anfitriones Ecológicos Turísticos de los Tuxtlas; operamos desde hace 10 años; y platicando con el ex-alcalde en su periodo de gobierno, dejó los colectores pluviales, que han sido muy criticados pero han mejorado el panorama de San Andrés. Es de humanos soñar con otros puestos, mientras pueda ayudar a mi pueblo cualquier cosa será lo mejor.

A los 25 años de la UFIA, ¿qué nos puede decir acerca de esta agrupación feminista?

En primera, hermosos recuerdos y una responsabilidad doble; pienso dar todo lo que esté de mí; aplicar lo que he aprendido estos 25 años y fijarme en las necesidades de la ciudad. Estamos en un buen sitio porque la educación es la base para todo.

¿Hacia dónde se dirige la UFIA, actualmente?

Hacia el beneficio a la comunidad. A la gente muy necesitada, desprotegida. Esa es nuestra mística, ya que la unión es humanística; seguimos la frase “Donde está la UFIA no hay pobreza”. Cuando hay tristeza, UFIA Nacional nos decía: “Trabaja con el corazón, pero nunca olvides que alguien está para ayudarte, no importa el status social”.

Muchos ciudadanos encasillan a la UFIA, como una asociación elitistas, ¿sobre esto, qué opinión tienes?

Jamás, UFIA es del pueblo. Hay personas de todos los niveles económicos y culturales; reina el cariño, la amistad; lo que menos nos preocupan son las cosas materiales, así que no tengan esa idea de que es una organización elitista. Actualmente está organizada por 20 personas.

¿Algo más que quiera compartir?
A los ciudadanos de la región de los Tuxtlas, decirles que cuando alguien de la UFIA se acerque a pedirle su apoyo, nos reciban con cariño, todas llevamos el corazón en la mano.



La señora María Edith Licona Vela de Uribe, tiene mucho en la vida: clase, una familia preciosa, amistades incondicionales y su afán por el amor al prójimo, y sin embargo, sigue insistiendo en su labor altruista, para sentirse plena. Un feliz matrimonio, merecedor de admiración, respeto y de formar parte de la galería exclusiva de Vivir con Estilo.


 
Revista CRITICA DE LOS TUXTLAS - by Templates para novo blogger